En el transcurso de mi vida he conocido a muchas mujeres, las cuales andan todo el tiempo en una competencia que para mí, es absurda. Compiten todo el tiempo con un prototipo de “mujer perfecta”. Pero, amigas, les tengo una mala noticia: la perfección no existe. Si fuésemos un poco más realistas, seríamos mucho más felices. Para lograrlo es muy importante conocerte a ti misma, porque es dentro de ti, donde descubrirás lo bella y valiosa que eres.
¡Tú Puedes!
Aunque no parezca, yo antes era una de esas mujeres que competía constantemente con esa “Mujer perfecta”, la cual tenía que tener el mejor físico, la profesión, los títulos, los trabajos, el mejor novio y todo lo material posible. Pensaba que todo esto era indispensable en mi vida y si no tenía todos estos factores en orden, entonces todo estaba mal, me sentía la fracasada, pobrecita, la doña nadie, un cero a la izquierda, pero con el pasar del tiempo, Dios me dio la oportunidad de ir descubriendo mejores facetas de mí como mujer y decidí empezar a descubrirme a mí misma de adentro hacia afuera y vaya… qué gran descubrimiento.
Por eso, si te identificas en algo con esa “Mujer perfecta” llegó el momento de acabar con la perfeccionitis aguda y empezar a ser tú misma, esa mujer auténtica que está llena de cualidades maravillosas por descubrir. ¿Te animas a este gran reto? Yo sí.
Te dejo aquí abajo algunas recomendaciones que te pueden ayudar a descubrir quién eres realmente y cuánto vales:
- Sé realista: cuando tienes una perspectiva correcta de ti misma, te das cuenta de que no tienes que ser esa “Mujer perfecta” en todo.
- Establece límites: es clave conocer hasta qué punto debes llegar en todos los aspectos de tu vida y cuándo es el momento de parar y pensar si eso que estás haciendo te hace bien o mal.
- Evalúa tu autoestima: pregúntate qué opinión tienes sobre ti misma: tu forma de ser, tus logros en la vida, tu capacidad para enfrentar situaciones adversas y la aceptación de tu físico.
- No te castigues más: empieza a enumerar todas las cosas buenas que tienes y ponlas en un lugar visible.
- Siéntete orgullosa: De lo que eres y de todo lo que has logrado en tu vida por más pequeño que sea. Aprende a darle valor a tus logros y aplaudirte cuando lo merezcas.
- Establece metas cortas: vive el día a día cumpliendo con lo que te propones, verás qué feliz te acostarás cuando evalúes tu día y te des cuenta que lo has logrado.
- Agradécete: por tener el valor de querer ser mejor todos los días por venir.
- Saca tiempo para ti: comparte contigo misma, invítate a un regalo, un helado, un café, un día de playa, un libro, un té, un masaje, un dulce. Tú eres la responsable de tu felicidad.
- Sé auténtica: no tienes porqué ser una copia, tienes todo para ser tú misma. Descúbrelo.
- Ten claridad: en tu vida espiritual, laboral, familiar, afectiva, social, emocional, y física.
Te pido que por favor te mires al espejo todos los días de tu vida desde ahora y te digas una palabra bonita.
¡Vales mucho!