Nos encantan las mujeres que inspiran, aquellas que no siguen estereotipos ni pretenden imponerlos, pero que con su ejemplo hacen mucho más; invitan a otras mujeres a luchar por sus convicciones, a ser la mejor versión de sí mismas y, por supuesto, a construir una mejor sociedad para todos. Malala Yousafzai, es una de ellas. Y su ejemplo se replica asombrosamente en cualquier parte del mundo.
Erinne Paisley, una estudiante de la ciudad de Victoria (Canadá), demostró de una forma bastante creativa como la causa de la activista paquistaní es de inspiración para ella. La joven en vez de comprar un lujoso vestido para su acto de graduación, decidió confeccionarse un vestido con hojas de exámenes que había presentado durante sus años en el colegio y en él escribió en rojo la frase:
«Recibí mi educación. No todas las mujeres tienen ese derecho. Malala.org»
La canadiense explicó que el dinero que habría usado en un vestido decidió donarlo a la fundación de Malala Yousafzai para que otras jóvenes en el mundo pudiesen tener educación como ella.
«Me di cuenta de la mucha atención que se le pone en la graduación, y la culminación de la educación preparatoria.Tenía muchas ganas de ayudar y apoyar a todo el trabajo increíble que hace la fundación Malala . Un vestido de graduación está hecho para representar lo que eres como persona, y siempre he tenido una inmensa pasión por el activismo y la retribución a la sociedad (…) Siento una conexión profunda con esta causa y esta situación porque soy una mujer que ha nacido en una vida privilegiada por tener la oportunidad y el derecho de una educación preparatoria gratuita. Ver a Malala en persona me hizo darme cuenta que las chicas que no tienen derecho a una educación son parecidas a mi o a cualquier otra persona. Ellas nacieron en una circunstancia que no se merecen».
La respuesta a esta acción es asombrosa; la foto de Erinne Paisley con su vestido se ha compartido más de 25.000 veces en Facebook. El diseño está siendo subastado -ya hay quienes ofrecen 600 dólares- y todo el dinero se irá a la fundación Malala.
Necesitamos mujeres así: que hagan de cada acción pequeña una dosis de inspiración.