Amor propio, dos palabras que están por todos lados. De seguro has leído o escuchado por ahí a cristianos que dicen “Es que Jesús nos dijó que tenemos que amar al prójimo como a ti mismo, pero no puedes amar a otros si no te amas a ti primero” o al influencer de turno decir “Solo tienes que ser fiel a ti misma, todas tus opiniones están justificadas porque esa es tu verdad”.
Muchos definen el amor propio como el hecho de aceptarse a si mismo tal cual uno es, sin tomar en cuenta lo que la sociedad y la cultura dicten. Es decir, amarte y aceptarte tal cual eres, sin buscar cambiar tu esencia.
Todo es acerca del auto empoderamiento, y aunque puede ser que hayan algunas ideas rescatables, la gran mayoría de estas afirmaciones son mentiras.
Hablar de amor propio es una forma de sonar compasiva y cuidadosa, cuando la verdad es que en el fondo lo único que haces es servirte a ti misma, de manera que te sientes justificada para priorizar tu propia felicidad, tu propio confort, tu propia conveniencia por encima de la de otras personas. Si lo analizas bien, es una forma más bonita de pintar una actitud egoísta.
Esto quizás tenga todo el sentido y la lógica del mundo para aquellos no creyentes, después de todo no conocen a Cristo y atesoran las cosas de este mundo porque creen que es lo único que hay. Están en una búsqueda de aceptación y valor constante, pero en las cosas de este mundo nunca encontrarán la respuesta.
Para los cristianos debería ser diferente, pero el mensaje se ha permeado tanto en nuestra cultura que aún líderes cristianos caen en esta mentira y hasta hacen parecer que suena bíblico.
¿Es bíblico el amor propio?
Si haz leído la Biblia con detalle de seguro habrás notado que no hay ningún mensaje de Dios que nos mande a amarnos más a nosotros mismos, o a sentirnos cómodas en nuestra propia piel, tampoco se habla de empoderamiento femenino.
De hecho, debemos tener claro algo: La Biblia no se trata sobre nosotras. La Biblia es la historia de redención, toda la Biblia es acerca de Jesús y nos ayuda a conocer el carácter de Dios para que podamos maravillarnos de Él y darle la gloria que se merece.
Y claro está, en la Biblia encontramos mandamientos de parte de Dios para aplicar a nuestra vida para nuestro bien, también hay promesas que nos dan consuelo en momentos de sufrimiento, y hay lecciones que deberían tener efecto en cómo vivimos, después de todo Dios envió a su único Hijo a morir en la cruz y luego a resucitar para que nosotros pudiéramos obtener salvación y vida eterna. Dios nos creó y claro que nos ama, pero no porque nosotros lo merecemos sino porque Él es misericordioso y bueno y Él es amor.
Nuestra aceptación y valor ya lo tenemos en Cristo, el ser humano de por si ya se ama, después de todo siempre quiere lo mejor para si mismo. Incluso aquellos que se suicidan lo hacen para escapar del dolor y buscar alivio, están pensando en si mismos.
El fenómeno del Yoísmo en la iglesia cristiana:
De seguro has escuchado algún pastor o líder cristiano hablar de éxito, desarrollo personal, empoderamiento y alcanzar tus sueños para tener tu mejor vida ahora. Después de todo, ser nuestra mejor versión es para mejorar nuestra vida y alcanzar nuestro máximo potencial, ese que nos lleve a encontrar nuestro propósito. ¿Te suena familiar?
Esta realidad solo nos demuestra el hecho de que cómo cristianos hemos perdido el enfoque de lo que es la escritura y el evangelio, al vernos primero a nosotros mismos antes que a Dios y a su palabra.
Una de las peores prácticas la vemos cuando escuchamos a pastores colocándonos en el lugar de los héroes de la Biblia.
“Eres como Noé intentando construir algo”
“Eres como David que debe derribar un gigante”
“Eres como Esther y para esta hora has llegado a tu posición actual”
Seamos realistas, estas historias bíblicas no son para reflejarnos a nosotros como héroes en frente de una gran desafío teniendo a Dios de nuestro lado. El verdadero punto de las mismas es que a través de ellas conozcamos un poco más del carácter de Dios y de las cosas que Él ha hecho. Estas historias son para Su gloria, no la nuestra.
- En la historia de Noé vemos la fidelidad y misericordia de Dios.
- En la historia de David vemos la fortaleza de Dios.
- En la historia de Esther vemos el cuidado de Dios.
- En la historia de Ruth vemos la provisión y redención de Dios.
Claro está que podemos aprender de las características humanas de estos héroes de la fe, y también nos podemos identificar con sus desafíos, pero no distorsionemos la verdadera intención del por qué están en la Biblia, el punto de cada una de ellas es la gloria de Dios, el conocer a Dios. Como cristianos necesitamos, nos urge conocer más a Dios. Conocer acerca de Él nos afecta, afecta el cómo pensamos, el cómo nos sentimos y solo enfocándonos en Él podemos ser cambiadas para bien.
Al poner nuestra mirada en el Señor y no en nosotras recibimos los beneficios que tontamente buscamos en el movimiento del amor propio: amor, aceptación, descanso, paz interior, etc. Y por supuesto, encontramos mucho más: Salvación y vida eterna.
Los falsos movimientos de prosperidad:
Cuando solo nos vemos a nosotros mismos en la escritura, cuando solo buscamos maneras en las que Dios nos puede beneficiar o hacernos sentir mejor, terminamos con una teología muy mala que al final solo nos trae decepción.
Nuestra vida no necesariamente tiene que tener éxito, ser feliz o nuestros sueños cumplidos para que Dios sea bueno.
¿Qué tal si tu historia no es como la de Ruth y no lleva Boz a tu vida?
¿Qué tal si no terminas siendo elegida entre muchas para esa posición de influencia como Esther?
¿Significa eso que Dios no es fiel o no es bueno?
Si terminas cuestionándote la bondad de Dios porque no obtuviste lo que deseabas , entonces tu forma de pensar está errada, el problema está en tí y no en Él. Cuando buscamos sobre nosotras en la escritura terminamos decepcionadas, pero si buscamos a Dios en ella terminamos con esperanza porque aunque nuestras circunstancias cambien, Dios no cambia.
Estemos claras, hoy en día no nos gustan los inconvenientes, no nos gusta que nos digan que estamos erradas y definitivamente no nos gusta escuchar nada sobre “pecado”, “infierno” o nada que suene a “juicio”. Esta es la razón por la que mucha gente joven ha adoptado la corriente de amor propio, porque se siente bien y se disfraza de igualdad, comprensión y justicia social.
Cada vez es más común una “cristiandad moderna” que solo nos dice: “amate a ti mismo, haz lo que te haga feliz, se amable con las personas y protesta por las causas político-sociales que consideres correctas cuando te sea conveniente”, pero amiga, esto NO es bíblico.
Contrario a lo que dice la corriente de amor propio, la Biblia dice:
Niégate a ti mismo
Toma tu cruz y sigue a Cristo
Ten mucho cuidado con las cosas que consumes porque “suenan bien”, recuerda que:
“porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz” (2 Cor 11:14).
Artículo basado en el episodio #20 del Podcast «Relatable» de Allie Beth Stuckey titulado «The Myth of Self Love» (Disponible solo en inglés)