Creo que una de las decisiones más importantes en la vida empieza cuando decides dejar de ser soltera y empiezas a compartir el resto de la vida en ese quién se convertirá en el papá de tus hijos. Muchos se toman esta decisión como a la ligera, pues sólo buscan una relación corta que les ayude temporalmente con el sentimiento de soledad. Pero si eres de las que sueñan con una relación con un compromiso a largo plazo, entonces este Blog es para ti.
Aquí quiero hablarte de 2 cosas muy importante que debes saber antes de dejar tu soltería:
1. Si estás esperando por un esposo para ser feliz, entonces ya te encuentras alimentando una expectativa que nunca te va a satisfacer.
Tú y tu pareja serán de seguro personas muy diferentes. De hecho, la mayoría de las veces no tendrá las mismas preferencias y gustos, además la mayor parte del tiempo no tendrán la misma opinión sobre algo. Como pareja también tendrán que saber que tendrán pasiones diferentes en la vida.
La verdad que quiero enseñarte acá es que tu cónyuge o futuro cónyuge, no tiene la capacidad de proporcionar la estabilidad, la disposición, la comodidad o la protección que Dios nos ofrece.
Si puedes establecer esta verdad en tu corazón hoy, mientras estás soltero, te ahorrará años de decepción y frustración que pueden dañar o incluso destruir, su matrimonio en el futuro. He visto muchas parejas en consejería que construyeron su matrimonio con expectativas que estaban fuera del alcance de su pareja, y por más que esta persona se esfuerce, nunca podrá satisfacer a la otra parte.
Es injusto colocar esta expectativa en el hombro de tu pareja, o viceversa. Este peso carga a la relación con mucha rigidez y la lleva a un futuro de mucha frustración y dolor.
Entonces, ¿no puedo esperar cosas buenas de mi pareja?, claro que sí. Pero no debes poner expectativas que no puedes cumplir o sostener en el tiempo, porque te enamoraste de una persona de carne y hueso, que comete errores y que fue criada con valores y tradiciones que no se parecen a los tuyos.
Mi esposa Jasmin y yo fuimos criados de forma muy distintas, ambos por igual venimos de hogares con padres ausentes. Pero nuestros caminos recorrieron por sendas muy diferentes en nuestra niñez y adolescencia. Algunas de ellas nos condicionan de manera errada en cuanto a nuestra manera de pensar en el tema de pareja.
Definitivamente estamos agradecidos con Dios por el trabajo que hizo al cambiar nuevos corazones y actitudes en cuanto a las relaciones, quitando tanto egoísmo y orgullo que nos hubiese llevado a la ruina en nuestro matrimonio. Nuestra lucha hoy se centra en el bienestar del otro, pero nuestra expectativa no está en nosotros, sino en Dios, quién nos llena por completo y es nuestra fuente de paz y gozo.
2. Si estás esperando que llegue “La persona ideal”. ¿Te encuentras más centrado en encontrarlo o en convertirte tú en esa persona ideal?
Tanto hombres como mujeres, todos buscan a alguien que haga su corazón palpitar rápidamente, que tenga las cualidades de la mujer o el hombre que siempre han soñado, alguien que los inspire y admiren.
No tiene nada malo tener este tipo de sueños de una persona ideal. De hecho, puede ser de motivación en tu camino a construir tu relación. Pero recuerda que el matrimonio está compuesto por dos personas, en la que tú también juegas un rol protagónico. “La persona ideal” que queremos, debe conseguir en nosotros a “la persona ideal”. Así que se hace importante revisar nuestras actitudes, como por ejemplo: cómo reaccionamos y resolvemos los conflictos, la manera como nos comunicamos y expresamos afecto al otro, la manera como tratamos a nuestros familiares, cómo manejamos nuestras finanzas o nuestra visión de vida y propósito.
Muchas veces vas a mirar a tu alrededor y verás características que te encantaría que tu pareja tuviese, de igual manera debemos mirar en otros esas características que nos ayudarían a nosotros a ser mejores personas y convertirnos en “la persona ideal” para nuestra pareja. Creo que actitudes como el servicio al otro, la amabilidad, el respeto y la honra son vitales para construir un matrimonio que dura para toda la vida.
Para que esto funcione, necesitas aprovechar bien tu soltería, y mientras te encuentres sola permitir que Jesús sane tu corazón por completo y cambie tus actitudes y te convierta en la persona que debes ser. Recuerda que en el futuro la manera como honrarás a Jesús tiene que ver con la manera que honrarás a tu pareja.
Lo más importante es esto: deja de esperar que algo ocurra o que alguien venga a tu vida para ser una persona feliz y alegre. No hay una estación o etapa específica de la vida propicia para ser feliz. Si estás soltero, disfruta de este hermoso tiempo y sé feliz, disfruta de tus amigos y tus familiares. Si eres feliz antes de casarte lo será después.
No te cases para ser una persona feliz, cásate porque ya eres una persona feliz. Escoge una persona que ya sea feliz sin ti y que su fuente de gozo no seas tú sino Jesús.
Escrito por Iván Pirela
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