Si estás leyendo este artículo, seguramente estás buscando llenar tu corazón vacío. Lo sé, yo estuve allí también y se lo desalentador que se siente, como si la vida no tuviera propósito y sientes que existes por existir.
Es por eso que voy a contarte mi historia, y de cómo llené el vacío que sentía en mi corazón, esperando que muchas mujeres, así como yo, puedan encontrar la plenitud y llenura en su alma que tanto anhelan.
La historia de un corazón vacío empieza así
Cuando estaba finalizando el colegio, tuve una relación romántica que había durado por unos 3 años y medio. Al finalizarla, me di cuenta que no me sentía bien estando sola. Hasta ese momento, nunca había notado que había pasado toda mi vida buscando una pareja, por alguna razón alguien siempre me gustaba y enfocaba toda mi energía y esfuerzo en mi objetivo amoroso. Había un gran vacío en mi corazón y siempre había tratado de llenarlo con una pareja amorosa.
Ese corazón vacío me hacía creer que mi vida no tenía un propósito distinto a tener algún muchacho a mi lado. Así que me di a la tarea de buscar pareja y tener muchas citas con diferentes muchachos que me invitaban. Pero aún en medio de mis citas, el vacío desolaba mi corazón y me causaba mucho dolor, tanto así, que sentía una tristeza aún más intensa mientras transcurría la cita, en una ocasión hasta lloré a la mitad de una película en el cine (y no precisamente por la trama).
Poco tiempo después, buscando llenar ese vacío me acerqué a Dios a través de Su Palabra, la Biblia, y ahí conocí la obra de Jesús. Sin entender mucho, entre más leía y me interesaba en ello, Dios empezó a llenar ese vacío en mi corazón, y Su amor fue suficiente. No sabría explicarte con palabras lo que sucedió, pero nunca había experimentado tal felicidad en mi vida sin tener una pareja.
Luego, de pronto me encontré disfrutando de las tardes bonitas, la lluvia, mis hobbies, a mis amigos y en total plenitud. Entendí que a pesar de que Dios creó al ser humano en pareja al inicio de la creación, los formó y dio vida de manera particular y diferente a cada uno, como un ser individual.
Si bien es cierto que la mujer por naturaleza tiende a ser más romántica, y busca ser protegida y amada por un hombre, no significa que sin el estemos incompletas. Se puede vivir en Plenitud aún sin tener una pareja. Fuimos creados por Dios y para Dios, y eso implica que nuestro propósito en la vida es glorificarlo a Él.
Sé que hay mujeres que nunca han experimentado esta plenitud de la que te hablo, y aún yo misma en el transcurso de los años, cuando he cambiado mi enfoque dependiente de Dios y me he enfocado demasiado en mi pareja, he sentido perder esa plenitud, por lo que vuelvo a Dios y Él la restaura.
Así que si este es tu caso, mi invitación es a que sin importar la situación en la que vivas, te acerques hoy a Dios y le pidas esa plenitud, para que puedas experimentar cada aspecto de la vida, sin depender de ninguna persona o circunstancia.
Escrito por Melissa Morales Badilla y editado por Entaconadas.