¿Has leído el libro de Ester en la Biblia? La historia de Ester según podemos leer, nos cuenta sobre una humilde chica que había sufrido la pérdida de sus padres, y que por compasión, por amor o por cercanía fue luego adoptada por su primo Mardoqueo, cuando el rey Asuero luego de ser avergonzado por la reina Vasti, decide, por el consejo previamente recibido de los príncipes, elegir una reina para ocupar el lugar de esta; Ester fue una de las doncellas elegidas para ser preparada y presentada delante del rey.
Personalmente, no creo que Ester tenía agendado participar en un evento como este, para ocupar la posición más alta que una mujer podía tener en un país en aquellos tiempos, pero Dios la sacó de su humilde lugar de origen y la llevó a aquel reino para cumplir con un propósito muy especial.
Lo importante de la historia de Ester
Es el hecho de que ella asumió su posición desde el inicio cuando fue llevada a la casa de las mujeres como candidata, hasta ser presentada delante del Rey y elegida por él. Obedeció a Mardoqueo cuando este le aconsejó sobre no hablar de su origen y a Hegai, eunuco del rey, de quien prácticamente recibió asesoría de como presentarse delante del rey ya que ella no solicitó nada, sino lo que él entendía ella debía llevar.
Es hora de asumir tu posición
La mayoría de las veces, en diferentes áreas de nuestras vidas las mujeres no, nos dejamos guiar, (especialmente en estos tiempos) analizamos los posibles escenarios y las posibles consecuencias y tomamos la decisión que a nuestro juicio es la mejor.
Claro, no es que seamos rebeldes sin causa, reconozco que Dios ha dotado a la mujer de unas cualidades excepcionales, un instinto innegable, un amor infinito, un coraje y una fortaleza que no tienen comparación, pero a veces perdemos mucho por no asumir el rol o la posición que ocupamos.
Las mujeres somos generadoras de vida, pero también somos generadoras de cambios que transforman vidas y ese es un gran poder.
Todo andaba bien en la vida de Ester hasta que su pueblo se vio amenazado y le llegó ese momento, el cumplimiento del propósito por el cual Dios la había llevado a ese lugar, el momento de asumir su posición y mostrar de que era capaz.
Por más que trato, no puedo imaginar el sentimiento al recibir esa noticia y tener que tomar una acción, o simplemente no hacer nada y dejar que pase lo que tenga que pasar, por supuesto, el camino fácil sería lo lógico, usar cualquier excusa, el decir no puedo hacer nada, no está en mis manos, no puedo ver al rey hasta llegado mi tiempo porque podría perder la vida y muchas excusas más, las que en realidad no lo eran, pues todo eso era cierto.
Sin embargo, nosotras hoy en día tenemos esa capacidad de inventar excusas para no hacer, para no lograr, para no cumplir nuestra parte respecto al plan de Dios para nuestras vidas.
«Tengo mucho que hacer…»
«Los niños me absorben…»
«Mi esposo, las cuentas, el ministerio…»
Puedo decirte que todo es posible cuando decidimos hacer lo que nos toca hacer. Cuando entendemos que tenemos una responsabilidad, un rol, una posición con la cual cumplir como hija de Dios, cristiana, madre, esposa, en fin, mujer.
Cuando entendemos lo maravilloso que es creerle a Dios y seguirle Él se encarga de guiar nuestros pasos y poner orden en cada área de nuestra vida de tal modo que nos resulta increíble que el tiempo nos alcance para más cosas de las que nos hemos propuesto hacer y esto resulta porque Dios se agrada de que hagamos su voluntad, de que le creamos y hagamos lo que es correcto para nuestras vidas y la vida de quienes nos rodean.
El momento cumbre en la vida de Ester había llegado, el pueblo judío corría amenaza de muerte debido a un plan orquestado por Aman a quien Asuero había puesto sobre todos los príncipes que estaban con él.
Y ahí estaba ella, siendo Judía y siendo reina, el momento había llegado, podía simplemente develar quien era ella y decirle al rey haz condenado mi vida y la de mi pueblo porque yo soy judía y morir, o guardar silencio y ver morir a su pueblo y cargar con ese pesar el resto de su vida.
Todos en la vida tenemos un rol que desempeñar, una posición que asumir, la cual es determinada por nuestras decisiones y por el propósito de Dios en nuestras vidas.
Existen muchas áreas en nuestras vidas en las que aún no hemos trazado un plan específico, (completar estudios, viajar, formar familia, ir al seminario) ya que solo estamos viviendo un día a la vez, pero de repente llega Dios a poner en acción ese plan para nuestras vidas, un plan del que no tenemos detalles y posiblemente no sabemos con certeza el camino que debemos tomar.
Desempeñar un rol en cualquier área de nuestra vida requiere sabiduría, coraje, valor y hasta paciencia, pero sobre todo confiar en Dios y eso fue precisamente lo que hizo Ester, confió en Dios y sabiamente ejecutó un plan y se vistió de valor.
En la próxima parte de este artículo veremos más a detalle esas cualidades que ella usó como herramientas para asumir su rol, de manera que tú también puedas aprender a visualizar cuales son las que tú puedes usar para asumir el tuyo.
Ahora analicemos más a detalle esas cualidades que Ester usó, y que seguramente tú y yo también podemos usar:
1. Confianza en Dios
Si algo sabía Ester es que por sus medios no lograría nada, ya que según la ley si ella se presentaba delante del rey sin ser llamada podía morir, pero luego de recibir las palabras de Mardoqueo éstas le hicieron entender que ella no estaba a salvo aun siendo reina y que si ella no hacía nada.
De todos modo Dios enviaría socorro de algún lugar y le cuestionó diciendo: ?¿Quien sabe si para esta hora has llegado al reino? La hora de asumir su posición; la hora de poner en práctica el propósito de Dios en su vida.
Estamos llamadas a la acción, la vida está llena de decisiones, tenemos que ver cuidadosamente a nuestro alrededor, contemplar los pros y contra y buscar siempre la dirección de Dios en cada decisión que tomamos.
Esther hizo eso precisamente buscar ayuda en Dios y soporte en su pueblo y quienes le rodeaban; hizo un llamado general a un ayuno, incluida ella (buscó la presencia de Dios) se humilló ante Dios y más adelante podemos ver de qué manera tan creativa y maravillosa Dios da la respuesta y salida perfecta a toda esta situación.
Y así como hizo Dios con Ester puede hacerlo en la vida de cada una de nosotras si nos entregamos a la voluntad de Dios, le creemos y buscamos su presencia.
2. Sabiduría
Si algo se hace notar en la historia de Ester es que no solo era bella y humilde, también era sabia e inteligente. A veces tenemos acceso a quien nos puede dar la mano, pero lamentablemente lo hacemos en el momento menos oportuno o de la manera menos indicada.
Así que es importante antes de entrar en acción buscar el ambiente, tiempo o lugar adecuado para obtener la respuesta indicada.
La vida de Ester no solo corría peligro por el edicto en contra de los Judíos, sino también porque si entraba a ver al rey sin ser llamada y este no estaba en disposición de recibirla ella podía morir, porque así lo determinaba la ley.
Inicialmente usó su sabiduría buscando ayuda en Dios y luego pasó a ver al rey quien por la gracia que Dios había puesto en ella fue recibida, pero ella no fue directamente de manera caprichosa a hacer su pedido.
Ester planeó una estrategia e inició solicitando la presencia del rey en un banquete al cual también estaría invitado Aman y el rey accedió a su solicitud, cuando este le pregunto nuevamente cuál era su pedido, ella nuevamente lo invitó a otro banquete; pienso que esto le ayudo a estar segura de la disposición del rey para darle lo que ella le pediría, ya que este en repetidas ocasiones le dijo: hasta la mitad del reino te daré. Esto pudo darle una idea de que tantas probabilidades tenía de recibir lo que demandaría al rey.
Ver la manera en la que Ester se conduce en medio de toda esta difícil situación nos da una idea de cómo podemos nosotras asumir nuestra posición, nuestro rol, con sabiduría y confianza en Dios y siendo pacientes tomando en cuenta el entorno y los posibles escenarios al momento de actuar.
Las mujeres solemos ser proactivas y algo efervescente y estas cualidades podrían actuar en nuestra contra, por lo tanto debemos procurar ser sabias y desarrollar cualidades que nos aporten y nos ayuden a tomar las mejores decisiones.
3. Valentía
Considero que en el mundo existen más mujeres valientes de las que se han dado a conocer y Ester es una de ellas, claro que la confianza en Dios nos reviste de valor y eso no lo podemos obviar.
Cuando leo en la biblia la frase …y si perezco, que perezca! No me deja de asombrar y no deja de transmitirme ese valor, no importa cuántas veces lo lea me hace sentir que ese tipo de valor es el que necesito, y el que necesitamos muchas de nosotras, el poder decir, si tengo que dejarlo todo, sacrificar cosas, perder amigos; por asumir el rol para el cual he sido llamada así será porque si algo hay seguro es que la mejor recompensa viene de Dios y El se agrada de que hagamos su voluntad.
Posiblemente no recibamos la recompensa de nuestro esfuerzo en esta tierra, pero para ello tenemos la eternidad y eso debe bastar.
Muchas veces nos cuesta actuar por miedo no solo al que dirán, sino a lo que perderemos en el camino o tendremos que sacrificar. Pero si de algo estamos seguras es de que Dios a quien envía respalda y lo hemos visto por siglos. Dios no nos desampara, el permanece a nuestro lado siempre, sólo debemos vestirnos de valor, es difícil decir de corazón la frase y si perezco que perezca, pero es el tipo de valor que debemos aprender a desarrollar porque en Cristo todo lo podemos, pues El es nuestra fortaleza.
4. No trates de ocupar el lugar que no te corresponde
Algo que nunca, bajo ninguna circunstancia debemos hacer, es tratar de ocupar el lugar o ejecutar el rol que Dios le ha asignado a otra persona. Dios tiene un llamado especial para cada quien y puede que tengas las cualidades para desarrollar ciertas funciones, pero si no es a lo que Dios te ha llamado es mejor que te mantengas al margen hasta que Dios determine si te debes involucrar.
Pudimos ver como Aman se dejó llevar por la vanagloria y el amor al poder; cuando el rey le preguntó sobre qué hacer con el hombre a quien deseaba honrar, el ego no le permitió al menos indagar de quien se trataba, inmediatamente asumió que se trataba de él, se puso creativo y pidió lo mejor, el máximo honor, el mejor caballo, la corona del rey y todo cuanto se le ocurrió sólo por querer ocupar un lugar que no era el que le correspondía.
Y suele pasarnos hoy en día, tal vez no de un modo tan directo, pero tratamos de ir ejecutando planes y desarrollando acciones que nos puedan llevar a ocupar el lugar que ya tienen otros, porque pensamos que tenemos lo necesario para estar ahí y el problema es que no nos conformamos con ser parte del cuerpo o del equipo, todos queremos ser cabeza y todos queremos ser líderes.
Tal vez lo correcto sea cooperar con quien está en cierta posición porque al final ni siquiera necesitamos crédito, porque el crédito absoluto es de Dios, a quien le pertenecemos, quien nos creó y quien dirige nuestras vidas.
Así que vamos a orar a Dios para entregarle por completo todo nuestro ser, para que Él nos de entendimiento y dirección sobre cuál papel debemos desempeñar en la vida y en su obra.
Que seamos llenas de su Espíritu Santo y que este nos ayude a discernir en cada decisión que tomamos. Vamos a confiar en Dios, a ser sabias y a llenarnos de valor como nos enseña Ester y a no tratar de imponernos en un lugar o posición que no nos corresponde, porque al final cada quien tendrá su recompensa, ya sea premio, ya sea castigo; nuestras acciones determinarán cual se nos otorgará y cual será nuestro destino final. Que la luz de Dios brille sobre nuestras vidas y nos ayude a asumir con fe y valor nuestra rol.
Escrito por Esther Herrera
Esther es oriunda de República Dominicana, madre soltera de un hermoso niño casi adolescente, le encanta escribir, escuchar música y el running. Es locutora y ha colaborado en espacios como: «La voz e Mahanaim» y «Conversando entre amigas», también es líder de damas junto a otras valiosas mujeres.
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