Es de valientes parar y analizar lo que ha pasado durante todo un año, porque muchas veces es necesario reconocer que no hemos actuado de la mejor manera o no hemos avanzado lo que quisiéramos. Tendemos a compararnos con aquellos estándares de éxito que nos impone la sociedad.
Y las mujeres somos víctimas de esa presión social que nos apura a tener, lograr o alcanzar ciertas cosas “normales” para nuestra edad. La frustración se apodera de nuestra mente y allí vienen nuestros problemas de autoestima, depresión y desánimo. Pero no nos damos cuenta de que lo único que conseguimos al darle el espacio a la frustración es paralizamos, nos dañamos y perdemos de disfrutar el día a día.
Solemos querer ir al ritmo de “todas”, a la manera de alguien que decidió que eso era lo “normal”. Y avanzamos rápido, pero llenas de miedos, reprimiendo nuestras emociones y sin terminar de vivir nuestros propios procesos.
Pero…¿sabes? no hay apuro, la vida no se trata de avanzar a la velocidad de la luz. Normalmente las cosas que nos cuesta conseguir, los procesos más extensos, sacan lo mejor de nosotras y nos hacen avanzar. Aunque en el momento vemos que vamos a pasito de tortuga. Tranquila, la vida no es una carrera de velocidad, es una carrera de resistencia.
Lo importante es continuar, lo importante es que cada día sea una día de dar un paso más, de vencer esos miedos que nos paralizan, descubrir esos lugares de nuestra alma que aún no conocemos, dar más de lo que estamos acostumbradas, entre muchas cosas más.
Este 2019, yo me estoy enfrentando a un desafío enorme, un cambio de país, un cambio de cultura y donde mi fe se ha visto a prueba al máximo. Pero , en algún momento, decidí hacerme cargo de mis miedos y avanzar, luchar contra la frustración que me detuvo por años. Volver cada día a la esencia, a lo que me da un propósito, a lo que me hace vivir, un día a la vez, a mi ritmo, pero sin parar.
Cada detalle de tu personalidad, lo que has logrado ser hasta hoy, es suficiente para dar el próximo paso; tienes lo necesario para dar un paso de fe, para atreverte a dejar de agradar a los demás a cualquier costo y comenzar a vivir lo que ha sido planeado para ti.
Los años pasan volando, no dejes que otros determinen tu ritmo de avance, camina, siempre avanzando, venciendo los miedos y amándote. Y verás cómo todo lo que has soñado, lo que has anhelado comienza a suceder en el tiempo correcto.
Dios tiene los mejores planes para nuestra vida, y conoce los tiempos, no te apures, avanza sin miedo, que Dios va contigo y te guiará por el camino correcto. No te desesperes, abrázate de ese amor perfecto, que echa fuera el temor; y si hoy solo hay silencio, espera, la respuesta de Dios para ti, está a punto de ser revelada.