Un matrimonio de éxito es una relación de tomar y dar, ¡en la que cada parte da noventa por ciento y solo toma diez por ciento! Es una relación compleja, de dos personas desconocidas, con crianzas y costumbres totalmente distintas que se unen en una sola carne para ser una familia, ahora ya no son dos, sino uno.
Por tales diferencias, mejorar tu matrimonio sabemos que no es fácil, muchas veces nos vamos a equivocar y que, como seres humanos que somos, vamos a tener esa tendencia de pensar de forma egoísta en el bienestar propio y no el del cónyuge.
Pero ¿cómo evitar esto? Es obvio que no podríamos hacerlo sin las enseñanzas sabias de nuestro creador, en Él encontramos toda dirección y consejo, sin embargo; a modo de invitarte a la auto reflexión.
Aquí te dejamos diez preguntas para que te plantees a ti misma y que te ayudará a mejorar tu matrimonio
Estas preguntas no solo aplican para ti, de hecho para tu esposo también.
Plantéate el ejercicio de responderlas tú misma y, a manera de dinámica conyugal, puedes pedir a tu pareja que las responda sinceramente él también.
1. ¿Estás dispuesta a guardar silencio cuando tu cónyuge necesita un momento de quietud?
2. ¿Eres capaz de aceptar un reproche y quedarte tranquila sin protestar?
3. ¿Estás dispuesta a darle el beneficio de la duda a tu cónyuge?
4. ¿Estás dispuesta a hacerte cargo de una tarea extra cuando tu cónyuge está cansado?
5. ¿Estás dispuesta a dar una palabra espontánea de ánimo a tu esposo cuando sabes que algo no ha ido bien para él?
6. ¿Estás dispuesta a dedicarle tiempo a tu cónyuge, a solas y sin interrupción, cuando él lo necesite?
7. ¿Estás dispuesta a responderle a tu cónyuge con cortesía «por favor» y «gracias»?
8.¿Estás dispuesta a tomarte un tiempo para que los ánimos se enfríen cuando hay una discusión que parece caldearse?
9. ¿Estás dispuesta a dar un cumplido a tu esposo sin esperar nada a cambio?
10. ¿Estás dispuesta a aceptar la crítica de parte de tu esposo?
Qué tanto estás dispuesta a dar, pero cuánto puedes recibir, y no se refiere solo a lo bueno, se refiere a esas críticas, discusiones, peleas, enojos, etc… que se dan en toda relación.
¿Estás dispuesta a escuchar y analizar si estás en un error, o solo puedes ver los “errores” de tu pareja?
Lo sabemos, se necesita mucho valor y amor para con esa persona, el poder pedir perdón y tratar de arreglar las situaciones difíciles. Pero, ¡de eso se trata el matrimonio!
Cuando una pareja decide casarse, casi todo es maravilloso, es como estar en las nubes, tu amado y tú ¡por fin solos! La luna de miel, ese idilio romántico que queremos que no se termine nunca, hasta que comienza la convivencia, la ropa tirada en el baño, las manchas de crema dental en el lavamanos, la cama desordenada, los malos olores, los calcetines sucios, el cansancio del trabajo, el estrés, los niños, la suegra, y pare de contar. Es realmente allí donde se pone a prueba el verdadero amor en ambos.
Cuando realmente puedes responder estas preguntas, te darás cuenta de tus flaquezas y fortalezas como pareja.
Entonces, ¿qué tan dispuesta estás a mejorar esas flaquezas para poder disfrutar una vida en pareja sana y feliz? Y tu esposo, ¿puede él responder a estas preguntas también? Porque recuerda que esto se trata de dos. La palabra dice:
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Colosenses 3:13
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. Cuídalo.
Este artículo está basado en el original publicado en la página Renuevo. Con adaptaciones.
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