Había una vez una niña que soñaba con aquel día en que encontraría a su hombre perfecto, o bueno, ideal para ella. Y cuando ese hombre apareció en su vida, ella supo que él era el elegido. Ellos se enamoraron, se casaron y vivieron felices para siempre. Bueno… No exactamente. Habían problemas. Es por ello que hoy vamos a contarte algunos consejos para matrimonios sin esperanza. Si sientes que este es tu caso, sigue leyendo.
Normalmente escucho a las mujeres decir, y lo he experimentado personalmente, que la “felicidad eterna” termina en algún momento de la luna de miel o un poco después. Luego la pareja entra en una «guerra» por ganar la razón y las paredes comienzan a levantarse hasta aislar a la pareja. Cuando esto sucedió en mi matrimonio, me vi atrapada en un largo y oscuro período de desesperanza en el que con frecuencia sentía que las cosas nunca mejorarían. Me encontraba atada a alguien con quien yo no quería pasar el resto de mi vida. Tenía que haber una respuesta a nuestros problemas, pero él no estaba dispuesto a cambiar.
“Si tan solo él hubiera buscado consejería, nosotros tendríamos una oportunidad”.
“Lo he intentado todo, pero nada de lo que he hecho parece hacer alguna diferencia. Él todavía actúa como si yo fuera su enemiga”.
¿Te resultan familiares algunas de estas declaraciones? Vamos a contrarrestar algunas de estas dudas con la verdad:
1. Las cosas nunca mejorarán.
Podría ser que tu relación no mejore. De hecho, puede empeorar. Pero mejorar tu relación no debe ser tu objetivo principal. Todas nuestras motivaciones y deseos deben estar enraizados en darle la gloria a Dios. Cuando vemos nuestra vida desde esa perspectiva, entonces podemos confiar en que, ya sea que veamos o no los cambios, todavía tendremos razones para adorar y agradecer a Dios.
Dios debe ser quien llene nuestros vacíos, no nuestro esposo, ni nuestros hijos, ni las circunstancias de nuestras vidas. Cuando nuestros corazones están firmemente sostenidos en Él, podemos experimentar la verdadera alegría interna (aunque por fuera nuestro alrededor se esté cayendo). Te consejo tratar de enfocarte en el hecho de que todavía no has visto el resto de la historia que Dios tiene para ti y tu matrimonio. Dios siempre está trabajando, y recuerda que Él es un Dios de lo imposible.
2. Estoy atada a alguien con quien no quiero pasar el resto de mi vida.
La palabra «atada» es una afirmación muy fuerte. Sé que algunas mujeres están experimentando una verdadera pesadilla en su matrimonio, y déjenme decirles que para ustedes, amigas, hay salida.
Obviamente no quiero decir que debas soportar cualquier barbaridad, si tu esposo es abusivo, violento, controlado por alguna adicción, envuelto en actividades criminales o de inmoralidad, por favor, no te quedes callada, busca ayuda de un líder espiritual en tu iglesia y/0 si el caso lo amerita, contacta a las autoridades correspondientes.
Apartando los casos extremos mencionados anteriormente, es común encontrar que algunas mujeres se sienten “atadas” o «atrapadas» porque su vida después de casadas no ha sido lo que ellas esperaban y soñaban tener. Si es este tu caso, en lugar de enfocarte en lo decepcionada que estás por lo que ha sido tu vida marital o en sentir que las cosas nunca mejorarán en tu relación, trata de ser agradecida en todos los aspectos de la vida. Pídele a Dios que te provea de Su gracia para que tengas esperanza. ¡Con Dios tenemos todas las razones para esperar que Sus buenas obras se cumplan!
3. Mi esposo no está dispuesto a cambiar.
¿Y estas tú dispuesta a cambiar? Me he dado cuenta que culpar a la pareja es la reacción más común cuando existe un conflicto matrimonial. Durante años culpé a mi esposo por nuestros problemas. Pero una vez dejé de culpar a mi esposo y empecé a pedirle a Dios que me cambiara a mí, con el tiempo, ¡Él también transformó a mi esposo! Claro que esto no sucedió de la noche a la mañana, sino que tomó un par de años antes de que yo empezara a ver avances y cambios significativos. Pero la obra que Dios hizo en la vida de mi esposo es increíble. Debes ser paciente; esperar en Dios es un campo de entrenamiento para la paciencia y eso es bueno.
¿Estás dispuesta a considerar la posibilidad de hacer cambios en tu corazón? ¿Le pedirías a Dios que trabajara en ti aspectos de tu corazón que te estén afectando internamente y de los cuales ni siquiera estés consciente en este momento? ¿Estás dispuesta a dejar tus expectativas egoístas de lado? Si tu respuesta a estas interrogantes es Sí, vas por buen camino.
4. Si tan solo él buscara consejos para matrimonios…
Buscar consejos para matrimonios basados en la biblia es una excelente alternativa. Pero muchos hombres rechazan la idea de acudir a un consejero en busca de ayuda. Si le has pedido a tu esposo que busque ayuda de este tipo, y él rechaza la idea, empieza por pedirle a Dios que te dirija hacia una pareja dentro de tu iglesia; pudiese ser una pareja amiga de confianza, que espiritualmente sea madura. Invítalos un día a cenar, compartan tiempo en la Palabra y busquen oportunidades de realizar actividades con ellos.
Ésta es una manera sutil e inteligente de exponerse ambos a un buen ejemplo y a muy buenos consejos. Cuando tu esposo establezca conexión con el otro esposo, puede que comience a notar su ejemplo y a pedirle consejos. Igualmente tú con la otra esposa. Sin embargo deja que todo sea natural y fluya, Dios se encargará de mover las piezas.
A medida que cultivas relaciones con creyentes maduros en la fe, se logra crear una base para que siempre hablen la verdad sobre sus vidas y que se convierta en una sana amistad de rendición de cuentas.
5. Él actúa como si yo fuera su enemiga.
Debes tener algo muy claro, y es que tú no eres el enemigo. Tu esposo puede que se sienta como si realmente tú eres el enemigo, y en ocasiones, puede que lo trates como si lo fueras, pero no eres el enemigo ¡y él tampoco! La verdad es que tenemos un enemigo muy real y te garantizo que él se deleita al ver que tu matrimonio caiga dentro de sus malvados planes, pero no vamos a darle el gusto, ¿verdad?
Es de vital importancia que las parejas definan y desarrollen objetivos y propósitos comunes. Cuando planean de manera conjunta para un bien común, desarrollan lealtad. Busquen maneras en las que puedan tener un propósito unificado. Puede ser un detalle tan pequeño como pertenecer al mismo equipo en un juego de mesa con otros amigos o tan complejo como manejar varias metas que se hayan propuesto durante un año.
La mayoría de los hombres, por no decir todos, se sienten necesitados de palabras de afirmación y apoyo por parte de la esposa; por ello comunícale con frecuencia a tu esposo que estás de su lado. Ésto poco a poco cambiará la atmósfera dentro de tu hogar y él dejará de verte como «su enemiga».
6. Aquí encontrarás los mejores consejos para matrimonios:
Por último, lee Colosenses 3:12-21 y considera usar esta palabra como una base para tu vida de hogar. Una noche, pídele a tu esposo si puede leer este pasaje para la familia y que tome un momento para compartir contigo cómo pueden aplicar ese pasaje. Recuerda que la Biblia siempre nos dará los mejores consejos para matrimonios.
Sabemos que esto quizás puede no ser suficiente, por eso te recomendamos:
Evento: ¿Cómo mejorar mi autoestima y evitar las relaciones tóxicas? por Lala Herrera, Autora del libro Diario para Esposas Jóvenes.
Escrito originalmente por Kimberly Wagner, modificado por Entaconadas.
Este artículo es una adaptación del original publicado en la web de Aviva Nuestros Corazones.