De seguro muchas de ustedes siguen uno que otro canal de YouTube y si no, al menos lo usan; si colocas en el buscador de dicha red la palabra ‘unboxing’, el resultado serán cientos de videos. Este término se refiere a sacar algo nuevo de su empaque. Pero, ¿existe una nueva yo que necesite desempacar? ¡Vamos a descubrirlo!
Dios nos hizo únicas y especiales, con ciertas características parecidas entre una mujer y otra. Aun así, cada una tiene una personalidad que le distingue, algo único que te diferencia del resto.
La presión ejercida por la sociedad y el bombardeo de los medios masivos por lo general está enfocado en moldear la conducta del ser humano, en especial, de las mujeres. Por años nos han dicho qué lugar ocupar en la familia y sociedad, qué trabajos realizar, qué ropa usar, cómo comportarnos, qué esposo desear, entre otros aspectos. Ahora bien, a pesar de la cantidad de activistas que existen y defienden el lugar que se supone debemos ocupar como mujeres; no hay una mejor guía que la Biblia para saberlo.
Cuando conocemos el carácter de Dios, nuestro deseo como criaturas hechas a su imagen debe ser modelar ese carácter. Seas creyente o no, si cultivas los puntos de los que hablaré a continuación, estos harán de ti esa nueva mujer de la que no te arrepentirás; una cuyo “valor supera en mucho al de las joyas”, (Proverbios 31:10, NBLH). Así que empecemos a desempacar esas cualidades que nos harán una nueva y mejor persona.
No te afanes
La biblia habla de dos hermanas, Marta y María. Marta estaba muy afanada y turbada con cosas que podían ser postergadas; por otro lado, María decidió prestarle atención a lo que en realidad importaba. No te dejes ahogar por los afanes de modo que subestimes las cosas que en realidad importan.
Sé paciente
Ana era una mujer que no había podido dar hijos a su esposo mientras éste ya tenía hijos con su otra esposa. Ana estaba verdaderamente triste por esto así que derramó su corazón ante Dios, esperó y Dios cumplió su deseo al darle un hijo que fue un gran hombre, del cual seguro ella estaba muy orgullosa. No seas impaciente en ninguna de las áreas de tu vida. Usa tus recursos para resolver situaciones, pero ante todo confía y espera, pues, los tiempos de Dios son perfectos.
Sé confiable para tu esposo
No seas una carga pesada para tu esposo, recuerda que eres para él un complemento y ambos se completan en sí. Cumple con tus deberes, cuida de él en la manera que puedas. No lo agobies de manera innecesaria, mejor enfócate en ser su ayuda idónea.
Sé laboriosa
Entiendo perfectamente lo hermoso y deseable de las historias de cuentos de hadas, esas que te plasman sentada en tu reino sólo siendo bella y halagada. Pero no, esa no es la realidad. Todas las mujeres, solteras o casadas, tenemos asuntos de los que ocuparnos y –seamos sinceras– postergar lo que necesitamos hacer no nos llevará a ninguna parte. Ser diligiente es una cualidad alabada en las mujeres. Una mujer que cumple, que realiza sus tareas y que cuida su hogar es una mujer ejemplar.
Vela por tu familia
Tu familia es tu tesoro. Velar por tu familia es una frase corta y fácil de decir, la misma implica un arduo trabajo, pero nos toca. Sabemos que estamos programadas para esta labor desde siempre: cuidar a los hijos, atender al esposo, ayudar al hermano, proveer a los padres, entre otras actividades. Es un trabajo duro pero está más que demostrado que podemos hacerlo (y si no me crees, lee Proverbios 31). A diferencia de los hombres, Dios nos creó con la capacidad de ser multitareas y por eso podemos hacerlo de forma eficiente.
Sé misericordiosa
Sí. La nueva yo necesita practicar la misericordia, identificar necesidades que pueda suplir, ser amable, sonreír, dar la mano a quien lo necesite. Siempre habrá una oportunidad para servir a alguien más, sólo abre bien los ojos y mira a tu alrededor, tanto dentro como fuera de tu familia.
Sé discreta
Por favor, no eres un noticiero para estar llevando primicias de un lugar a otro. La gente puede hacerte creer que está bien recibir y difundir una que otra información, pero en términos generales, a nadie le agrada una persona que esté llevando y trayendo información de quienes le rodean. Amiga, esto es de muy mal gusto y de seguro los demás te pagarán con la misma moneda a tus espaldas.
Estas son algunas de las cualidades que, como meta, podemos desempacar de nuestras vidas para ponerlas en práctica; muchas de ellas están registradas en el libro de Proverbios, capítulo 31, donde se habla de la mujer virtuosa. Gracias a esas cualidades, “sus hijos y su esposo la alaban”, (Proverbios 31:28).
El empoderamiento y liderazgo de la mujer no inició con Olympe de Gouges, en 1791, con su declaración de los derechos de la mujer (historia de la liberación femenina); más bien inició con una joven reina llamada Ester (Libro de Ester en la Biblia), una mujer empoderada, líder y estratega, quien descubrió en ella cualidades que tal vez desconocía y cuya situación las sacó a flote. Tú y yo estamos llenas de hermosas cualidades que nos hacen mejores tanto para nuestro beneficio como el de las personas que nos rodean.
¡Busquemos dentro de nuestro ser y desempaquemos a nuestra nueva yo!