“Escucha a tu corazón”, “tu corazón te dirá qué hacer”… ¿Les suena familiar? ¿Cuántas veces hemos escuchado que el corazón es el que nos va a llevar a la felicidad? Solemos creer que ese cúmulo de sentimientos y emociones es el que nos ayudará a tomar las mejores decisiones en cuanto al amor, a la vida laboral, a los sueños. Pero, ¿qué dice Dios en la Biblia al respecto?
“Nada hay tan engañoso y perverso como el corazón humano. ¿Quién es capaz de comprenderlo?” (Jeremías 17:9).
El corazón no es solo de donde procede el amor. El corazón es también donde pensamos, decidimos y sentimos. Pareciera que más bien el corazón está en la cabeza y no en el pecho: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal,” Génesis 6:5.
Entonces, estamos más que claras en que muchas de las decisiones que tomamos, debido a nuestro razonamiento o sentimientos NO son las correctas. Podemos ver, quizás, chicas “enamoradas” de un hombre casado, o de un hombre con valores errados, o de un hombre que quizás hasta comete delitos. Y todo recae en el “pero, yo lo amo”. Dejamos que los sentimientos y pensamientos del corazón sean los que tomen las decisiones sin importar lo ilógico o negativo que pueda ser para nuestras vidas.
Quizás dirás “pero bueno, no exageremos, tampoco es que estoy enamorada de un hombre que está pagando 30 años de cárcel por asesinato”. No, quizás no, pero es para que te des cuenta que el hecho de que tengas sentimientos hacia esa persona no quiere decir que sea lo mejor para ti.
Nuestro corazón es uno de los elementos más carnales que podemos tener, y con esto me refiero a algo contrario al espíritu y a lo que Dios quiere para nosotras. Así que por más que suene muy bonito eso de “dejar que tu corazón te guíe”, ya sabes que no es nada cierto.
Entonces, si no debemos fiarnos de nuestros pensamientos, emociones, sentimientos y esa vocecita del corazón, ¿de qué debemos fiarnos? Debemos confiar en lo que Dios nos enseña, de lo que dice Su palabra (la Biblia) y lo que hemos aprendido de ella, pues, eso siempre va a estar por encima de lo que pueda dictar nuestro corazón. Dios es el todo, el que conoce lo que conviene, el que siempre ve el cuadro completo. Él sabe mejor que tu corazón lo que es correcto para ti.
«El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos,” Proverbios 16:9.