Hace poco tiempo una de nuestras lectoras nos pidió consejo acerca de qué podía hacer en su tiempo libre, ya que se sentía muy sola porque se había quedado con pocas amigas y las que tenía estaban tan ocupadas en su propia vida que no tenían ya tiempo de compartir con ella.
– ¿En qué invierto mi tiempo? ¡quisiera tener un novio o alguien con quién compartir pero, ¡no quiero unirme a alguien solo por evitar mi soledad! ¿Qué hago? – Nos comentaba.
Entaconadas responde:
Hola,linda. Leo lo que nos cuentas y recuerdo algo que viví cuando empecé a buscar de Dios. En mi caso, cuando Dios empezó a trabajar genuinamente conmigo, fue quitando personas de mi lado, personas que eran mis amigos y a quienes quería mucho, pero que hoy entiendo no me convenían. Fue algo realmente duro para mí porque soy una persona muy sociable, y para ese entonces, lo único que tenía como distracción era salir con ellos o estar en sus casas (y era algo que hacía casi todos los días). Así que luego de un tiempo me encontré que me había quedado sola y no solo batallaba con la soledad, sino con la costumbre del estilo de vida que llevaba.
Recuerdo que igual seguía yendo a la iglesia pero no tenía ni siquiera amigos cristianos, eso se convirtió en algo que me empezó a afectar, pero como a Dios no le podemos esconder nada, hice dos cosas:
Afiancé la relación con mi familia: Ahora hablaba más con mamá, con papá y con mi hermano; y lo segundo y más importante:
Le pedí a Dios que me diera amigos que me edificaran: Y no me preocupé más por eso, porque ahora Él conocía mi necesidad, ¡así de simple! No pasaron ni dos meses cuando de manera inexplicable, estaba entablando amistad con varias personas. Y digo “inexplicable” porque de verdad ni sé cómo es que empecé a hablar con esas personas o si se me acercaron a mí, simplemente fue Dios supliendo mi necesidad.
Luego de un tiempo, entré en un proceso personal muy fuerte donde mi corazón salió muy lastimado de una relación fallida y para poder sanar por completo y de una vez por todas, tuve que tomar la decisión de apartarme por buen tiempo de TODOS esos buenos amigos que había hecho, ¿la razón? también eran los amigos más cercanos del chico que necesitaba superar, y bueno, resultaba inevitable que siempre coincidiéramos en reuniones (cosa que no me hacía nada bien); además había otra razón de la cual no era consciente y de la que te hablaré más adelante… En fin, así me vi bien sola de nuevo por varios meses, justo cuando más necesitaba en quién apoyarme (pensaba).
Te comento todo esto por tres razones:
1. Desconozco la razón por la cual dices que no tienes amigos, pero si se trata de que quienes eran tus amigos, Dios mismo los quitó de tu vida, entonces no sientas mal por eso, porque solo Él sabe con quién te conviene andar o no.
2. Dios conoce TODAS tus necesidades, pero también quieres que se las cuentes porque su Espíritu Santo es tu mejor amigo, así que pídele a Él que te dé amistades duraderas y fidedignas, no solo para pasar el rato, y ante todo ¡confía y reposa en que Él te las dará!, en vez de dejarte envolver por los sentimientos negativos que eso te genera.
3. A veces Dios nos cerca con un único objetivo: que dejemos de andar buscando el llenar nuestros vacíos con lo que alguien más puede darnos (consuelo, amistad, compañía, amor…) cuando sólo en Él esos vacíos pueden ser genuinamente llenados.
Invierte tiempo en cultivar tu relación con Dios:
Y hablando de acercarse más a Dios, justo eso fue lo que me pasó la última vez que me vi sola; en el momento que más anhelaba compañía y distracción, Dios mismo me llamaba diciendo: “¡Hey, no es con ellos, no es con tu mejor amiga ni alguien más; es conmigo que tienes que relacionarte más!”
En mi caso, Él me llamaba a tener más comunión con Él, a dejarme arropar por el Espíritu Santo y a conocerlo como mi amigo fiel, ese que nunca me abandona y al único que necesito para sentirme plena, aunque nadie más esté ahí.
En lo particular, y mientras escribo estas líneas, siento en mi corazón que parte de lo que estás viviendo es un llamado que Dios te está haciendo para que cultives tu relación con Él, ¿qué tan seguido estás hablando con Él? ¿Le has contado cómo te sientes? ¿Te estás ocupando de hablar más con Él a fin de entablar una relación, y no hacerlo solo por pedirle lo que necesitas?
Querida lectora, ¡cuídate MUCHO de malinterpretar esos vacíos! No es tiempo de abrir corazón a chicos, porque –por más que te repitas lo contrario, y como bien lo dices– andarás con alguien solo por acompañar tu soledad, y eso es muy delicado porque puede generar grandes consecuencias.
Cultiva tu relación contigo misma, tu desarrollo personal y tu buena autoestima:
Mientras trabajas en cultivar tu relación con Dios a diario, puedes cultivar tu relación contigo misma y hay ¡infinidad de cosas que puedes hacer! Sal a correr, ejercítate, ve a una plaza a leer un libro, explora tu creatividad, practica proyectos DIY, dibuja, escribe, cocina, inscríbete en un curso de algo que te guste hacer, ¡hay tantas maneras de ocupar tu mente y disfrutar de tu propia compañía! ¡La vida es mucho más que un computador o nuestro smartphone! Lo más importante lo tienes: ¡El tiempo! así que inviértelo sabiamente:
1. Cultivando tu relación con Dios (ese es el llamado primordial)
2. Cultivando tu relación contigo misma.
Y recuerda, ¡no te afanes por lo que aún no llega ni te sientas mal por nada! Mejor mira lo que tienes a la mano. Como dice la palabra de Dios en Eclesiastés 3:11; ❝Él ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones, sin embargo el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin❞.
Ocúpate en descubrir esas maravillosas cosas… Háblalo con Dios y que sea Él quién te confirme lo que está demandando de ti en este tiempo. Recuerda que su presencia lo llena TODO, como lo dice su palabra: ❝Tú me enseñas el camino de la vida; con tu presencia me llenas de alegría; ¡estando a tu lado seré siempre dichoso!❞ Salmos 16:11.