Todos tenemos un concepto de amistad en nuestra cabeza, ese concepto lo aplicamos para la gran mayoría de las relaciones que desarrollamos en nuestra vida. Algo que sucede muy a menudo es que no nos damos cuenta y creemos que ese concepto es el mismo que todos los demás entienden también.
Solamente cuando somos desilusionados o heridos nos damos cuenta que la otra persona no tuvo nunca el mismo concepto que nosotros. Tras algunas experiencias personales y las de otros llegué a la conclusión de que hay diferentes tipos de amistad, todas son buenas y agradables, algunas temporales y otras permanentes; sin embargo es bueno darte el tiempo para conocer a las personas para saber identificarlas. Yo entendí que podía diferenciarlas, y encontré los siguientes tipos:
Amistades para invertir:
Son aquellas amistades en donde te involucras, inviertes tu tiempo, tu sabiduría y tus esfuerzos por ayudar a esa persona a crecer y a mostrarle a través de tus experiencias cómo enfrentar diversas situaciones. Estas amistades son necesarias, ya que es la forma a través de la cual multiplicas lo que eres y das amor a otros. Algo importante sobre esto es que no necesariamente vas a recibir lo mismo de vuelta; esto no significa que vas a dejar de dar, sin embargo estar claro en este aspecto te permite entender si llega el momento en que compruebes que no estás recibiendo de vuelta y no sentirte herido(a).
Amistades Transitorias:
Son amistades que pasan una etapa de su vida contigo, hay una temporada en la que son inseparables y no falta un plan juntos(as). Comparten, ríen, hablan muchísimo y se involucran en sus vidas. Algo importante sobre estas amistades es que debes identificar su profundidad. ¿Se ayudan mutuamente? ¿Existe la conciliación? Cuando hay una diferencia, ¿se soluciona o se evade? Cuando hay una dificultad, ¿están presentes? ¿Qué tan superficiales son las conversaciones? Saber responder estas preguntas te permitirá entender si esa amistad se queda en esta clasificación o si pasa a la siguiente.
Amistades providenciales:
Me gusta explicarlas como un sistema de tanques de agua. Hay momentos en los que vacías tu tanque sobre esa amistad y otros cuando tu tanque es retroalimentado. Son aquellas amistades donde su principal característica es el crecimiento mutuo. Existe transparencia de decir lo que no está bien con la firme voluntad de ayudar y corregir con amor. Existe respeto ante las diferencias y las conversaciones pueden ir de superficiales a profundas y viceversa. Algo importante sobre estas amistades es que permanecen en el tiempo. Pueden pasar meses o años sin entablar una conversación y con tan solo unos minutos recuperar el tiempo. Traen alegría a tu corazón y mucha añoranza. Estas amistades hay que cuidarlas y amarlas, porque son las que probablemente estarán junto a ti el resto de tu vida.
He aprendido que es importante identificarlas. También he experimentado momentos en los que una amistad para invertir se vuelve en una providencial y qué satisfactorio es ver que la persona en la que invertiste tu tiempo, progresivamente va enseñándote y aportando a tu crecimiento también, darte cuenta que los frutos de esa inversión es lo que se va convirtiendo una relación profunda y bonita que permanece en el tiempo.
Habla a Dios, pídele que te guíe en sabiduría y discernimiento para invertir bien tus perlas. Que el día de mañana no te veas solitario(a) preguntándote ¿dónde están tus amistades? Si te conduces de esta manera, podrás guardar tu corazón y a su vez preocuparte por dar de lo que tienes desinteresadamente, amar a tu prójimo y depositar las perlas de tu amistad con un propósito que agrade a Dios y a ti mismo(a).
Escrito por Lisangel Paolini.
Lisangel es Ingeniera y se desempeña como Especialista en Compras Logísticas P&G Venezuela. Hija de Dios, Life Coach, apasionada por el liderazgo. Con intenciones de conferencista y escritora. Es miembro de la Iglesia Las Buenas Nuevas del Este en Barquisimeto, Venezuela. Yo ❤ mi Iglesia LBNE. Instagram: @lisangel_p