¿Cuántas veces hemos escuchado a amigas (o incluso a nosotras mismas) hablar sobre su pareja y decir cosas tales como:
–“Él es muy celoso, pero es porque me quiere”.
–“Él a veces me grita, pero es porque está irritado, no es así siempre, en realidad es muy romántico”.
–“Él a veces me hace sentir mal con lo que me dice, pero es que tiene razón porque él tiene experiencias que yo no”.
–“Pobrecito, él pasó por malas rachas en sus relaciones anteriores, por eso es así”.
…Y otras frases que excusan un comportamiento inadecuado, o en casos menos difíciles: una explicación de los atributos buenos que pretendemos compensen los que no nos gustan para nada.
Sí, esto es muy común, y lo que he visto en varios casos que conozco (incluyéndome), y es que nos aferramos al partido del momento porque no nos dimos el tiempo de conocernos a nosotras mismas y luego a ellos (sí, en ese orden).
Una vez conversando con un pastor muy querido sobre matrimonios de mujeres muy cercanas que se unieron a hombres “buenos”, yo estaba explicándole los atributos que encontraba en ellos, aunque no eran *inserte expectativa aquí*. Él me hizo la siguiente pregunta: –“Te entiendo, pero dime, ¿»Bueno» es suficiente?”.
Analizando el contexto que estaba explicando y la excusa que estaba dando, mi respuesta fue –“NO, no es suficiente”, al menos no lo es para mí. Y básicamente todo tiene que ver con NECESIDADES y EXPECTATIVAS; aunque estas se parezcan, son dos cosas MUY DISTINTAS. Te explico un poquito de esto a continuación:
Tus necesidades
Las necesidades tienen que ver contigo, con lo que requieres para sentirte bien, satisfecha y plena. En el ámbito amoroso serían aquellas características necesarias en tu media naranja para que “la cosa funcione”. El conocer estas cosas, viene de un proceso de introspección y autoconocimiento. ¿No sabes cómo hacerlo? Te invito comenzar haciéndote las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son mis valores? ¿Qué es lo más importante para mí?
- ¿Qué atributos debe tener la persona con la que me case? (Personalidad, familia, carácter, forma de relacionarse, posición laboral, visión, entre otros aspectos afines).
- ¿Qué características NO puede tener la persona con la que me case?
- Haz una lista de las razones por las que cada relación que has tenido ha terminado. ¿Cuáles fueron las cosas que no soportabas de esa persona?
Tus expectativas
Las expectativas tienen que ver con lo que esperas que suceda. En el ámbito amoroso serían aquellas acciones o reacciones que esperas de tu media naranja en situaciones particulares.
¿Con qué debes tener cuidado?
Cuando hay características intrínsecas en la personalidad, carácter y valores de tu pareja que interfieren con la expectativa que tú tienes.
Te preguntarás: «¿cómo qué?» Aquí un ejemplo simple: Si tu expectativa es que tu pareja sea una persona que le dé importancia a las visitas familiares, pero estás con alguien que tiene años sin ver a sus padres, entonces debes ver que esto no forma parte de sus valores, y cuando no se muestre interesado a acompañarte a visitar a tu abuelita, esto no debería sorprenderte.
Conocer quién eres tú y qué no sería negociable que tenga y no tenga la pareja de tu vida, te permitirá enfocarte en descubrir si tu pareja potencial las tiene y así, tomar la decisión si continuar o no con las citas. Neil Clark Warren en su libro “Pareja de un día o de por vida” recomienda listar máximo 10 características (10 atributos necesarios y 10 negativas no negociables) y también expresa que en hasta tres citas puedes descubrir si deberías o no seguir saliendo con esa persona. Tu trabajo es identificar, descubrir y tomar la mejor decisión en ese tiempo.
Recuerda algo, tú no tienes la capacidad de cambiar a una persona, así tus intenciones sean muy buenas y seas una persona de gran influencia, no eres Dios. La otra persona debe pasar por su propio proceso de introspección y reconocimiento para tomar la iniciativa de cambiar un aspecto de sí mismo.
Por otra parte, cada característica o necesidad importante que negocies a la hora de escoger pareja, impactará potencialmente una relación a largo plazo, ya que en algún punto comenzarás a exigir de acuerdo a tus expectativas a una persona que no cumple con tus necesidades, o en caso contrario, tendrás que aceptarlo y aprender a no discutir por ello.
Regálate un tiempo de soltería, sana tu corazón de cualquier rastro del pasado que haya sembrado en ti amargura o resentimiento, luego conócete. Durante mi soltería no hay cosa que haya disfrutado más que conocerme, amarme, entender mi valor, conocer a otras personas, aprender a relacionarme correctamente y prepararme para la llegada de mi galán.
Reafirma tu valor, cuida tu corazón y disfruta el reconocer a ese hombre cuando lo veas llegar. Te puedo asegurar algo, será imperfecto… pero como mujer tú tienes la posibilidad de escoger no al perfecto, sino al mejor.