Tiene tan solo 18 años y ya cuenta con casi un millón de seguidores en Instagram. Esenna O’Neill es una joven australiana quien hoy nos confiesa haberse obsesionado con su apariencia y lucir perfecta para las redes sociales.
«Las redes sociales no son la vida real» es el nuevo nombre que encabeza su cuenta de Instagram @essenaoneill, y en la cual ella misma confiesa haber engañado a miles de personas con sus fotografías, en las que aparentaba ser alguien que no es solo por recibir «likes» y seguidores.
«Para ser realistas, he pasado la mayor parte de mi vida siendo adicta a las redes sociales, la aprobación social, el estatus social y mi apariencia física. Estaba consumida por ello. ¿Cómo podemos darnos cuenta de nuestros propios talentos si no dejamos de fijarnos en los demás?»
La modelo comenzó a obsesionarse con las redes sociales con tan solo 15 años de edad, cuando ya contaba con más de 100 mil seguidores, llegando inclusive a recibir remuneración de distintas marcas tan solo por lucir alguno de sus productos en una fotografía.
Contaba con más de dos mil fotografías las cuales ha eliminado casi todas, ya que afirma que no representan su vida real, ni quien ella realmente es como persona. Actualmente solo conserva algunas a las cuales les ha editado el texto revelando la verdadera historia detrás de cada foto.
«Estar parada allí luciendo bonita es lo que una vez aspiraba hacer cuando era niña . En nuestra sociedad, si eres gente bonita, te dan atención; así que hice de mi apariencia, mi valía. Estoy escribiendo este texto para mostrar la realidad de lo que me consumía. Los seres humanos son mucho más que como lucen sus formas físicas. ¿Por qué aspirar a esto cuando podrías seguir una vida de aprendizaje, investigación, arte, diseño, desarrollar, innovar?… Sé el cambio que deseas ver, jaja sonó a cliché, pero lo digo en serio».
«Esto es como se ve el ser una persona adicta a su apariencia, a las redes sociales y a la aprobación social. Nuestros cuerpos físicos no nos definen. Gané la lotería genética, es todo. Estos pensamientos no son originales, otros los han dicho antes que yo y otros inclusive pueden decirlo todo mejor. Pero claro, ustedes me escuchan porque me veo bonita en esta foto. Nada bueno».
«Promoción de un producto de bronceado pagada. Sólo llevaba ropa de entrenamiento para la foto. ¿Qué inspira esto? ¿Tener que ser super flaca para estar sana? ¿Tener que nacer con un cuerpo genéticamente delgado para ganar la lotería? ¿Tener que pintar tu cuerpo y cara para verse mejor para una foto, para el ‘mundo real’? Si nuestro mundo es tan real, ¿por qué sentimos la necesidad de cambiar nuestra apariencia externa? Por las expectativas sociales y la aprobación social. Hay más para la raza humana que solo buscar verse ‘hot'».
«TITULAR REAL EDITADO: Me pagaron por esta foto. Si ustedes se encuentran mirando «las chicas de Instagram» y deseando que su vida sea como las de ellas… dense cuenta que ustedes solo ven lo que ellas quieren. Si etiquetan a una empresa, el 99 % de las veces es pagado. No hay nada malo con apoyar a las marcas que te gustan, PERO esta foto, esto no tiene ningún propósito. No hay propósito en una sonrisa forzada, o en lucir ropa diminuta o que te paguen para verte «bonita». Somos una generación a la que se le ordena consumir y consumir, sin pensar de dónde viene todo y a donde todo va».
«Encabezado real editado: tenía 16 años aquí. ¡¡¡16!!! Yo no me puse esta ropa para salir de la casa, sólo para la foto. ¿Cuál es la obsesión por tratar de parecer mayor, ser más sexy?»
«Tenía acné aquí, lo que ven es solo un montón de maquillaje. Solo sonreí porque pensé que se vería bien. La felicidad basada solo en la estética sofocará tu potencial aquí en la tierra».
Sin duda alguna nos alegra que Essena haya despertado, y es un claro ejemplo de cómo el mundo a veces puede hipnotizarnos en esa «carrera por sobresalir».
Nuestra sociedad necesita muchas más mujeres reales y menos chicas que viven de sólo apariencias. Espero que ésta historia no se parezca a la tuya, y que de alguna manera, te sirva como un bonito ejemplo de que en esta vida las apariencias engañan y el físico no determina tu valor como persona.