Si eres de los adultos que suele dar rienda suelta a ese niño que llevamos dentro, al esperar con expectativas los estrenos de las últimas producciones cinematográficas de compañías como Disney y Pixar; entonces entenderás cuán certero es que en la sala de cine nunca falte algún niño que no pueda contener su emoción ante los personajes en pantalla, o bien, la voz elevada de algún adulto en su intento desesperado por controlar a los más pequeñines. Sin embargo, -y para mi sorpresa- Tomorrowland fue la excepción a esa regla; y es que su mensaje a la conciencia deja en estupor a más de uno.
Tomorrowland
llega a las principales carteleras cinematográficas bajo el sello de Walt Disney Pictures, dirigida por el cineasta Brad Bird (conocido por su trabajo en Los Increíbles y Misión Imposible: Protocolo Fantasma). Una película de ciencia ficción para toda la familia, cargada de acción y aventura, la cual cuenta con un reconocido reparto, protagonizado por George Clooney, Britt Robertson y Katie Cassidy, aunado al talento de los actores Hugh Laurie y Kathryn Hahn.
La trama del film gira en torno a la existencia de un mundo de ensueño, sumamente avanzado a nivel tecnológico, aparentemente inexistente pero ciertamente real, y al afán de la joven Casey Newton (Britt Robertson) por conseguir llegar a ese lugar, el cual es revelado gracias a un misterioso pin que llega a sus manos.
A la aventura de Casey se unen el inventor Frank Walker (George Clooney) y la niña Athena (Katie Cassidy); quienes emprenderán un viaje hacia un mundo inspirado en el legendario parque “Tomorrowland”, ubicado en Disney World. Dicha aventura encaminará a este trío hacia su destino, reafirmando el propósito de sus vidas.
Más que una reflexión sobre el futuro inminente
Disney presenta una fórmula simple y eficaz; un film con una historia original, destinado principalmente al público infantil, pero que expone una verdad absoluta -e incómoda para algunos- hacia la que todo espectador se inclinará a meditar; un llamado al despertar de la conciencia, donde soñar no es suficiente.
Pese a que el mensaje reflexivo que brinda el largometraje está enfocado en la manera en que el ser humano coexiste en el mundo, el mismo es perfectamente aplicable al análisis introspectivo. En definitiva, Tomorrowland es una película que de manera original, entretenida y clara, confronta la actitud conformista y busca despertar al colectivo del letargo que lo está conduciendo hacia su propia destrucción.
Mi invitación es a ahondar en el mensaje de este film, mucho más allá de lo que tus ojos puedan ver en la pantalla. Meditar en cómo permitimos que los sueños, la esperanza y perseverancia sean mermados ante un panorama adverso, cuando este panorama no representa, en lo absoluto, la imposibilidad de empezar a ser el cambio que deseamos ver; sea en el espejo, en el núcleo familiar o en nuestro entorno. Es aquí donde se revela la clave para empezar a ser el cambio en la sociedad que deseamos y en la que anhelamos vivir.
“Hay una pelea entre dos lobos; uno es brillante y esperanzador, el otro es cínico y desalentador. ¿Cuál lobo ganará? Aquel al que alimentes. Alimenta al lobo correcto”.
Casey Newton.
Ficha Técnica:
EE.UU. 2015, 107 min. (1hr. 47 min.)
Título original: Tomorrowland.
Director: Brad Bird.
Guion: Jeff Jensen, Brad Bird, Damon Lindelof.
IMDB Rating: 6,9/10.
Rotten Tomatoes User Meter: 60%/100%.