Querámoslo o no, los amigos son necesarios. En especial, para nosotras las mujeres, el hecho de tener otras amigas mujeres es casi vital, es una necesidad intrínseca en nuestro ser. Dios nos creó a su imagen y semejanza, por lo tanto somos seres que necesitamos amor y a quienes nos gusta dar amor.
Sin embargo, la vida suele ser una montaña rusa, hay altos y bajos, y no siempre se tiene buena compañía cuando se está en lo más bajo.
Durante años, fui una persona que creía tener muchos amigos, se reunían todos en mi casa, inclusive les preparaba el pastel de cumpleaños sorpresa a algunos, cuando se podía. Hacíamos pijamadas, viajes, entre otras cosas divertidas, y realmente me sentía muy afortunada.
Pero el tiempo pasa y las cosas cambian, y sucedió que cuando conocí a Jesús y decidí entregar mi vida a Él, muchos de esos amigos me rechazaron y se apartaron de mí. Después de todo, ya yo no era la “chica cool” que iba a las fiestas y bailaba hasta el amanecer. Aunque me dolió mucho, no había vuelta atrás.
Afortunadamente con Dios todas las cosas ayudan a bien y ese episodio de aparente soledad, me sirvió para crecer y depurar de mi vida a aquellas personas que verdaderamente no eran mis amigos, mantuve a los que sí lo eran y fui premiada con nuevas amigas que hoy por hoy doy gracias por tener.
Pero ¿cómo construir de cero una bonita amistad? En los siguientes siete pasos encontrarás algunas herramientas que espero te ayuden:
- Pídele a Dios nuevas amigas:
Definitivamente este es el paso más importante. No importa si no llevas a cabo los seis restantes, pero jamás te saltes este paso. Por algo lo puse como el número uno. Cuando Dios aparta algo de tu camino, es porque tiene el doble de bendición con que llenar el vacío. Con Él, todas las cosas son hechas nuevas y mejores. Pídele amigas sinceras y él te las dará.
- Únete a un grupo de personas con intereses similares:
Sea que te guste el canto, la danza, la pintura o simplemente entre los grupos de tu iglesia, únete a grupos, haz cursos, inscríbete en retos, los cuales te gusten, te interesen y con los que puedas conocer personas con gustos muy similares a los tuyos.
- Sé la amiga que te gustaría tener:
Compórtate con tus nuevas conocidas o amigas, de la forma como a ti te gustaría que ellas se comportaran contigo. Llámalas, escríbeles mensajes, empodéralas, bendícelas, invítalas a salir, a compartir, ayúdalas en los que puedas. Recuerda que siempre es mejor dar, que recibir.
- Está dispuesta a ser vulnerable:
No hay nada que una más los lazos de amistad entre mujeres que el hecho de abrir nuestros corazones y mostrarnos tal cual somos. Si amas a tus amigas, y confías en ellas, no tengas miedo de abrir tu corazón con ellas, y contarle tus miedos, así como también tus dudas, o tus éxitos. Seguramente ellas te abrirán también sus corazones y llegarán a un nuevo nivel de amistad.
- Diviértete con ellas:
Entre amigas, no todo es seriedad y todo eso. También atrévete a ser divertida con ella, siéntete libre de bromear y por qué no, jugarte con alguna de ellas, siempre y cuando ésta no se moleste. Hagan actividades divertidas, como pijamadas o reuniones de chicas, esto reforzará aún más el vínculo entre todas.
- Encuentra su lenguaje de amor:
Si leíste el libro “Los 5 lenguajes del amor”, estarás en conocimiento de que no todas las personas expresamos amor de la misma manera, así como no todos esperamos una expresión de amor de la misma manera. Intenta descubrir cuál es el lenguaje de tu amiga o grupo de amigas, quizás para algunas sea suficiente una llamada telefónica, un mensaje, mientras que para otras un abrazo o una salida a comer.
- Ora por tus amigas:
Si al principio le pediste a Dios por nuevas amigas, lo más justo es que una vez que Él ya te las ha dado, tú te preocupes por ellas y las cuides. La mejor manera de cuidarlas será siempre poner sus vidas en manos de nuestro Creador. Por tanto, pide porque las necesidades de cada una de tus amigas sean cubiertas por su sublime gracia.