Y bien, sucedió. Finalmente tu novio te propuso matrimonio y, por supuesto, tú le dijiste un grande y feliz ¡Sí!
Seguramente dentro de poco estarás abrumada con tanta información acerca de bodas: el vestido, el cortejo, los anillos, la fiesta, los colores y hasta el pastel. Tal vez, estés hecha un lío o, quizás, ya tengas una idea preconcebida pues te has pasado media vida soñando con ese momento y quieres que sea perfecto. Sea cual sea tu caso, quiero presentarte algunos tips que estoy segura podrían servirte para organizar tu agenda, y darle forma a la planificación de tu boda sin que te salgan canas verdes en el intento.
1. Dar la grata noticia:
Lo primero que deberás hacer será llevar la buena nueva a aquellas personas importantes para ti: tus padres, hermanos, tíos, primos y amigas, entre otros. Y es justo aquí es donde empieza la locura, pues todo el mundo comenzará a opinar y a llenarte de ideas, de sus ideas. Cuidado con esto, recuerda que es tu boda y que debe ser absolutamente a gusto de sólo dos personas: Tú y tu prometido.
2. De vuelta a clases:
Esta parte me gustó mucho. Hablo del curso pre-matrimonial que dictan en las iglesias. Estos cursos son geniales y muy inspiradores (al menos el que yo hice lo fue), donde les harán darse cuenta de que el matrimonio es algo maravilloso pero también es un paso muy serio, algo que va mucho más allá de la ceremonia y la luna de miel, se trata de toda una vida juntos, de una vida nueva, y por lo tanto deberán estar preparados mental y espiritualmente para los cambios que se vienen. Te sorprenderá saber que no todos los que comienzan este curso lo culminan, ya que a lo largo del mismo se dan cuenta de que realmente no están listos para casarse.
3. Definir el presupuesto:
Una cosa es que soñemos despiertas con una boda de película y otra muy distinta es que podamos cubrir los gastos de la misma. La idea es casarse sin morir en el intento, y sin quedar en la bancarrota. Es por esta razón que juntos, tú y tu futuro esposo, deberán definir cuánto dinero disponen para cubrir los gastos de la boda, así como cuánto apoyo económico recibirán de sus padres o familiares. Es importante hacer esto desde un principio, ya que esto les permitirá manejar sus gastos de una manera más organizada, en función de lo que pueden costear.
4. Establecer prioridades:
Este punto va de la mano con el número 3. Es necesario que determinen cuáles son sus prioridades, para poder definir claramente en qué van a gastar el presupuesto disponible. En qué destinar el dinero debe ser una decisión muy personal de la pareja. Quizás algunos novios decidan que lo más importante para ellos sea la ceremonia, y otros consideren invertir más en la luna de miel. Es cuestión de la personalidad de cada quien, y es importante que tú y tu prometido estén de acuerdo en este punto. Todos los detalles de una boda son importantes, sin embargo; si cuentan con un presupuesto reducido, sería bueno que antes de gastar el primer centavo, como pareja, se reúnan y hagan una lista de todo lo que deben comprar y les asignen un orden de prioridad.
5. Apostar por su estilo propio:
Ese día, será el día de los dos, tú y tu amado serán los protagonistas, nadie más. Es por esa razón que les aconsejo que todo sea acorde a sus personalidades. Además de reunirse para hablar de presupuesto, definan juntos cómo quieren que sea todo, desde el color del mantel hasta la locación, el estilo de la boda es muy importante y marcará la pauta. La idea es que ustedes se sientan cómodos ese día, no se vale contratar ponys saltarines y decorar con unicornios sólo porque a la tía Berta se le ocurrió y les dio pena llevarle la contraria. Que la música, la comida, la decoración, todo sea a gusto de ustedes, la pareja.
6. Invertir en un buen recuerdo:
Sea cual sea el presupuesto que manejen, es importante que consideren el hecho de contratar un buen fotógrafo y videografo. La ceremonia, la fiesta y todo lo relacionado, durará solo un determinado período de tiempo, tu vestido quizás no lo vuelvas a usar, los invitados se irán, y las tarjetas y recuerditos la mayoría los guardarán en el baúl de los recuerdos. Pero lo que siempre les va a quedar y que estará allí quizás por generaciones, son las imágenes contándonos todo lo que ocurrió ese día. Recordar lo bella que te veías y lo guapo que estaba tu amado, las caras de felicidad y las miradas cómplices, las lágrimas de alegría y las risas de nerviosismo, creo que eso vale mucho la pena. Que tus nietos puedan ver cómo fue tu gran día, no tiene precio.