La maternidad es una bendición que conlleva un trabajo arduo y agotador. Ser madre me ha permitido vivir momentos de suma felicidad y me ha mostrado un nivel tan alto de amor puro y sincero. A la vez ha llevado mi cuerpo y mis emociones al límite. Son tantas las anécdotas que como mamás cansadas podríamos contar que necesitaríamos varios blogs para compartirlas.
Como madres cristianas reconocemos el privilegio que nos ha otorgado el Señor al enviarnos a nuestros hijos para amarlos, instruirlos, educarlos y cuidarlos. Aunque la maternidad es hermosa, hay días en los que sentimos que no podemos más y clamamos por una ayuda inmediata. Hay días de tantas actividades que llegas a tu casa y sí o sí tienes que seguir la rutina. ¡La maternidad es un trabajo que nunca termina!
Sabemos que la maternidad no es fácil y no podemos solas, por eso compartimos contigo diez promesas de versículos bíblicos que todas las mamás cansadas deben recordar:
Mateo 11:30 “Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
En un mundo lleno de tantas ocupaciones donde hay tanto cansancio, Jesús te promete descanso. Te ofrece entregar tus cargas y reemplazarlas por las suyas. Cuando entregas a Jesús tu cansancio, Él te dará las fuerzas y la sabiduría para desempeñar tu rol de mamá y entonces llevarás tu carga con Él. Desde luego, muchos desafíos y dificultades seguirán llegando a medida que nuestros hijos crecen, pero también aliento y ligereza.
Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
No puedes enfrentar la maternidad y los desafíos que conlleva sola. Separada de Jesús, no puedes obtener la fortaleza que necesitas para enfrentar cada día. Jesús nos invita a permanecer en Él para que dejemos de vivir en nuestras propias fuerzas y vivamos dependiendo de Él en todo, confiando en que Él es suficiente para levantarnos en medio del cansancio.
Deuteronomio 31:8 “Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides”.
La promesa al cansancio es esta: Dios promete que estará contigo. Dios nos hace esa misma promesa hoy a ti y a mí. Cuando te sientas turbada por el agotamiento, recuerda que donde quiera que vayas, cualquiera sean las circunstancias que hoy te toca enfrentar con tus hijos, puedes pedir a Dios que vaya delante de ti y prepare el camino. Por tanto, puedes estar confiada y no tienes que temer.
Salmos 31:24 “Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón”.
Aun cuando pareciera que los días en la maternidad son cada vez más complicados, el Señor me ha enseñado que Él es bueno y que ninguna circunstancia en mi vida está fuera de su control. En medio del cansancio podemos fijar nuestros ojos en un Dios que nos conoce y que nos ha permitido conocerle y encontrar fuerzas por medio de la oración.
Salmos 33:20 “Nuestra alma espera a Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es Él”.
La clave para ganar tus batallas, según David, es no confiar con tus propias fuerzas sino poner tu confianza en Dios. Esto parece ir en contra de la corriente, pero al final del día la fuerza humana no alcanza, y las madres lo sabemos muy bien. Es por eso que necesitamos esperar en el Señor para encontrar la ayuda que tanto necesitamos.
Isaías 40:29 “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas”.
Espera pacientemente en Dios, estudia Su palabra, ora y medita en la labor tan hermosa que te ha encomendado. Él te restaurará, te fortalecerá y te capacitará para enfrentarte a todo lo que necesites. En los momentos de más cansancio recuerda esto, Dios te da las fuerzas para soportar y para que camines y no decaigas, tus fuerzas sobre ti serán multiplicadas.
Isaías 40:31 “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Dios es un Dios de gran poder. Fortalece al cansado y a los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas. Mamá, espera silenciosamente en Dios, lee la palabra, ora, adora y medita en su amor por ti. Él te restaurará, te reforzará y te capacitará para enfrentarte a todo lo que necesites.
Efesios 6:10 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”.
Al enfrentar el agotamiento, no debemos olvidar que la fuerza necesaria viene únicamente del Señor, no vamos a luchar en nuestras propias y débiles fuerzas humanas. Este versículo nos recuerda como mamás cansadas debemos de fortalecernos en el Señor, que debemos clamar y pedir esa fortaleza que necesitamos en ese momento justo, también nos recuerda que no estamos solas y que nos escucha cuando clamamos por fortaleza.
Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Las palabras del apóstol son una esperanza para las mamás cansadas, Dios nos dará las fuerzas que necesitamos para soportar nuestras cargas y para hacer su voluntad en nuestra vida y la de nuestros hijos. Y a esto hace referencia este versículo: ¡Cristo es quien nos da fuerzas para sentirnos felices o satisfechas en medio de cualquier circunstancia!
Romanos 8:26-28 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
Dios no nos deja solas. Cuando nos sentimos débiles, nos desanimamos o perdemos la esperanza fácilmente ante el cansancio, el Espíritu Santo nos ayuda en la debilidad. No nos preocupamos por nuestras debilidades y flaquezas, porque estas son las que nos llevan a depender del Espíritu Santo y experimentar su ayuda.