¿Has pensado qué tan lejos quieres llegar? O ¿Qué sueño quieres cumplir? Puede que deseemos muchas cosas en la vida, pero que no estemos listas o capacitadas para lograr el objetivo, por tanto nos tomará tiempo. Pero si nos preparamos, el camino será algo más fácil y la visión más clara. Dios puso algo hermoso en tu corazón y te dio las cualidades justas para alcanzarlo. Debemos conocernos y saber cuáles son esas características que Dios nos regaló y potenciarlas para lograr nuestro propósito.
A continuación 5 pasos que te permitirán estar más cerca de alcanzar tu máximo potencial.
1. Cree en ti
Cada una de nosotras tiene una historia, la manera en que nos educaron y cómo nos trataron, determinan nuestro nivel de seguridad, nuestra autoestima. Si creciste conformándote con lo menos y dando poder a lo que otros opinan de ti, entonces estarás estancada; tu falta de confianza no te permitirá avanzar. La mayoría de las veces no sabemos de qué somos capaces hasta intentar algo. Así que no permitas que tus inseguridades te corten las alas.
2. Establece un objetivo
Una vez sepas cuál es tu propósito, dónde quieres llegar o en quién quieres convertirte (una mejor versión de ti) debes trazar metas, establecer un objetivo claro y los pasos que te ayudarán a alcanzarlos. Nadie sale a un viaje sin saber a dónde va, antes se establece el destino, las rutas, las escalas, se debe tener un presupuesto que se ajuste a dicho viaje, etc. Así pues, con el viaje que es nuestra vida, debemos organizar cada cosa que haremos con el fin de tener un buen resultado.
3. Da un paso a la vez
Si ya estableciste tu objetivo y el camino a tomar, recuerda las escalas de los viajes, no puedes solo decidirlo y mágicamente lograrlo, te tomará tiempo, por lo tanto, dentro del orden establecido ve un paso a la vez. Puede que dudes, te equivoques o tal vez vayas más lento en algún tramo del camino, tranquila, es parte del proceso, no te rindas.
4. Enfrenta los cambios, incluso los fracasos
Cada día nos enfrentamos a posibles cambios y hasta fracasos en nuestras vidas, no es el final. No te detengas, no dejes que eso te distraiga, recuerda que no sabes qué tan fuerte eres hasta que te encuentras en la necesidad de recurrir a tu fuerza interior. Es posible que hayas visto noticias o historias de madres que hicieron cosas increíbles por la vida de sus hijos, cosas que ellas nunca se imaginaron hacer, desarrollaron una valentía y un coraje que no pueden describir. Una madre es capaz de todo por sus hijos (si eres madre sabes de qué te hablo). Pero debes saber que eso está en ti, no necesitas un hijo para ser valiente y enfrentar desafíos, solo cree en ti y en el Dios que puso en ti las cualidades.
5. Disfruta cada etapa
No te mentiré, habrá momentos de duda y dificultad, pero también habrá muy buenos momentos de logro y satisfacción; disfruta cada uno, de la dificultad aprende, podrás ver qué cosas no funcionan y las descartarás pudiendo tomar otros caminos, explorar opciones. Lo importante es no darte por vencida. Y cuando tengas un logro no te conformes, es una señal de que puedes ir por más, si llegaste hasta ese punto sabrás que puedes ir más lejos.
No olvides que somos creadas por un Dios maravilloso y con un propósito especial, no uno para todas, uno diferente para cada una de nosotras. Desarrolla lo mejor que hay en ti, saca eso que se pasea por tu mente y que solo dices «yo podría hacerlo» ¡Ve y hazlo! Desarrollar tu potencial no se trata de ser alguien más, sino de sacar lo mejor que hay en ti y potenciar esas cualidades que ya posees. Recuerda esto: Dios no tiene hijos preferidos, en cada uno puso algo especial, así que si otros lo han logrado tú también lo lograrás.